Desde tiempos primitivos, el deseo de poder ha envilecido a los humanos. A veces, sus ansias de riquezas los encamina hacia las tinieblas. Ahí, encontrarán un aliado que va a cumplirles tal fantasía. La Leyenda del Familiar se refiere a la bestia demoniaca que les ayuda a sortear la miseria.
Esta famosa leyenda del noroeste argentino, habla de un monstruo conocido como El Familiar. Se trata de una criatura infernal que merodea por los cañaverales. Es un emisario de satanás que traerá prosperidad a los ingenios. Con su presencia, también el terror y la desgracia invadirán a la región azucarera.
El Perro Familiar viene siendo uno de los seres malignos más populares de las leyendas argentinas. Las historias sobre este engendro son un tanto difíciles de creer. No obstante, los viejos pobladores aseguran que fueron ciertas. Prepárate porque es momento de abordar dichos relatos, esperamos que sean de tu agrado.
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El Familiar
Durante la Época Medieval, en el folclor europeo abundaban las historias de brujas y poderes arcanos. Esos relatos resultaban aterradores, ya que incluían a seres oscuros que pertenecían al inframundo. Algunos de los más populares fueron los espíritus familiares, este tipo de entes se materializaban por invocaciones o pactos demoniacos.
El Familiar es una entidad que suele manifestarse ante alguien para ofrecerle favores a cambio de algo tentador. Se le da como herencia a un individuo que recibirá beneficios por alimentarlo y cuidarlo. Cuando las hechiceras están en problemas, lo llaman a través de conjuros y luego acude a socorrerlas.
Su esencia mágica, les permite convertirse en cualquier forma del plano terrenal. Algunas de estas, se asemejan a los animales domésticos; los gatos y perros son los más comunes. Es posible que también adopten figuras parecidas a fieras salvajes. Incluso, podría tratarse de especímenes desconocidos que provienen de otras realidades.
En la mayoría de los casos, estas criaturas obedecen con sumisión a sus amos. Casi siempre proceden de un legado familiar, a eso se debe el nombre que reciben. Son capaces de conceder a sus dueños los más extravagantes deseos. A cambio, tendrán que entregarle algo muy preciado: La Vida.
Así van sirviendo por generaciones a sus propietarios, otorgándoles toda clase de caprichos y bienes materiales. Tal vez pueda pensarse que son sólo conjeturas sin base, porque se hace referencia a seres fabulosos. Sin embargo, toda esa falta de certeza ha ido nutriendo a las mitologías antiguas y tradiciones orales.
En Latinoamérica existen varios relatos muy populares acerca de El Familiar. De ellos, se derivaría una de las leyendas de Argentina más sonadas en esta nación. La historia es inquietante, pues mantiene cierta conexión con algunas desapariciones añejas en la zona. Si quieres enterarte de los hechos, quédate a descubrirlos.
La Leyenda del Familiar
Para entrar en contexto, hay que remontarse hasta el siglo XIX. En aquellos tiempos, un francés visionario pisó por primera vez territorio argentino. Corría el año de 1872 cuando ese ambicioso personaje arribó a Buenos Aires. Después se trasladaría al noroeste del país, con la firme idea de buscar fortuna.
Clodomiro Hileret, había querido progresar en la capital sin resultados positivos. A los 20 años no se rendía, pues su hambre de éxito era inagotable. Con la llegada del ferrocarril a la provincia de Tucumán, decidió mudarse hacia esos rumbos. Quedaría maravillado al conocer dicha tierra donde olía a prosperidad.
Al encontrarse en la selva tucumana, supo que sus sueños de triunfar estaban muy cercanos. Para lograrlo, sería socio del demonio si fuera preciso. En su cabeza rondaban a diario aquellos pensamientos. Hasta que cierto día, un extraño lo visitó; entonces comprendió que se trataba de algún enviado del infierno.
Era un enorme perro negro, de pelambre hirsuto; que lo veía con ojos malévolos. Había oído historias terroríficas que hablaban de guardianes de tesoros. Presentía que esa misteriosa aparición traía consigo la abundancia. Así sucedió, la mala suerte se esfumó y el extranjero en pocos años consiguió levantar su imperio.
Con el Ingenio Santa Ana y sus vastas superficies de terreno, obtuvo gran reconocimiento en la región. Estaba considerado como uno de los principales productores de azúcar en Latinoamérica. Ese poderoso hombre, despertaba ciertos resquemores en algunas personas. Se rumoraba que su opulencia era producto de tratos con el diablo.
Los lugareños pensaban que, esa creación de satán venía desde los abismos remotos. Algunos zafreros antiguos sabían que su patrón se volvió rico con El Familiar. Así surgiría esta Leyenda de Tucumán que iría extendiéndose por diversas partes. Enseguida, relataremos dos de las historias más compartidas sobre este siniestro ser.
Historias del Perro Familiar
En la zona occidente del norte de Argentina es muy común escuchar La Leyenda del Perro Familiar. Esta perturbadora historia, al parecer nació en la Provincia de Tucumán. Su popularidad logró trascender hasta otros lugares más apartados. Hace muchos años que circula por Santiago del Estero, Salta, Catamarca y Jujuy.
La versión que están a punto de conocer, tuvo como escenario el ingenio azucarero del prominente francés. Es complicado asegurar si los acontecimientos fueron verídicos, pero el vulgo los ha tomado como auténticos. La Historia del Familiar que vamos presentar contiene elementos macabros, ojalá que te resulte entretenida y escalofriante.
La tarde caía y el sol iba hacia su guarida; era hora de retirarse. El astro rey anunciaba su despedida con pálidos fulgores. Mientras eso sucedía, Rosendo Díaz descargaba caña. El peón había trabajado toda la jornada sin descanso. Estaba exhausto y hambriento, ya no soportaba las injusticias del mandamás.
Una sonrisa invadió su rostro cuando se imaginó cenando con la familia. De pronto advirtió que era la única persona laborando. Le resultaba algo extraño que aquel sitio estuviera tan solitario y un escalofrío recorrió su cuerpo. Estaba absorto en las reflexiones y no reparó que lo observaban a escondidas.
De repente, salieron desde las sombras varios hombres que lo invitaron al galpón. El obrero los oyó decir que debía realizar un encargo del patrón. Tenía que ir a buscar algunas cosas para componer una máquina averiada. Las encontraría en el sótano, no podía desobedecer las órdenes de Don Clodomiro.
La sensación de miedo lo asaltó mientras caminaba entre las penumbras. Su corazón le avisaba que no saldría bien librado de esa experiencia. Lo confirmó cuando entró en el cuarto y la puerta se cerró. Al ver que lo esperaba el perro del demonio supo que había llegado su fin.
El Fuereño y El Perro del Demonio
Las terribles historias sobre el perro infernal proliferaron y cundió el temor por la región cañera. Surgió el rumor de que a ese ente lo alimentaban con humanos; las víctimas eran los obreros conflictivos. Cada cierto tiempo, se hacía esta ofrenda para corresponder a las bondades que recibían los patrones.
Solía decirse que el esplendor de los ingenios, se basaba en el convenio que existía entre El Familiar y los propietarios. A cambio de sustento y protección, la bestia iba a brindarles infinidad de riquezas. Si el dueño rompía el acuerdo, las calamidades y tropiezos económicos no tardarían en presentarse.
A esos lares llegó un forastero buscando empleo. Sus fachas rudas delataban que podía ser algún aventurero. Días después, los compañeros averiguaron que era un santiagueño de modales irreverentes. Sabían que los capataces aborrecían a los sujetos problemáticos. Por desgracia, a este tipo de hombres les aguardaba un cruel destino.
Las actitudes subversivas del fuereño pronto fastidiaron a los encargados. Una noche decidieron capturarlo y luego lo encerraron con El Familiar. El desconocido intuía que había llegado el momento de enfrentar el temible monstruo. La suerte estaba echada, sólo Dios y sus agallas podrían salvarlo de las garras del mal.
En la oscuridad del calabozo percibió los jadeos del fiero animal. Entonces sacó una daga de plata y se preparó para la contienda. También besó su crucifijo y elevó alguna súplica al Creador pidiéndole que le permitiera vivir. Cuando atisbó los ojos de fuego supo que era hora de atacar.
Al parecer, el valiente hombre sobrevivió y el patrón le dio bastante dinero para que no revelara el secreto. Quizá La leyenda del Familiar esconda varias atrocidades; pero afirman que tal engendro todavía anda por ahí. Si de casualidad te lo encuentras, huye porque serás quien calme su apetito interminable.