Hay historias espeluznantes, que guardan ciertas similitudes con las contadas en otras partes. Una de ellas, habla de la Leyenda de la Niña del Panteón. Este relato real, es muy popular en toda la República Mexicana. Existen diferentes versiones que incluso, han ocurrido en Latinoamérica.
Las historias en los cementerios, casi siempre, narran situaciones horripilantes donde participan niños. Ellos por lo general, son los protagonistas de esos relatos escalofriantes; narraciones que nos llenan de tensión, pánico y miedo.
Los fantasmas de niños en los panteones, siempre causarán pavor. Hay infinidad de historias al respecto, algunas son muy conocidas. Es cierto, que pueden variar de acuerdo al lugar; sin embargo, no dejan de resultar terroríficas. Una de esas leyendas, vamos a contarte a continuación.
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La Niña del Panteón
En México, hay tres versiones muy conocidas sobre una pequeña en el cementerio. Los hechos en cada relato, son totalmente diferentes. Sin embargo, todos hablan de la niña que se aparece en el panteón. ¿Quieres conocer esas historias? ¡Aquí las tienes!
Historia de Miranda, la Niña del Panteón
Uno de los relatos más populares dice que, cierto día la niña Miranda estaba muy aburrida. El fastidio era porque se encontraba sola en casa, pues sus padres andaban fuera y no habían regresado. De pronto una loca idea llegó a su mente; escaparse sin permiso.
Sin pensarlo más, abandonó el lugar; estaba segura que iba a divertirse dando un paseo por ahí. Mientras caminaba, imaginó qué se sentiría al andar en un cementerio. Entonces, esa emoción a lo desconocido le recorrió su interior.
De inmediato, se dirigió al panteón más próximo creyendo que tendría un día genial; pero pronto regresaría a la realidad. Al internarse en aquel lugar, descubrió que no sentía ningún miedo y empezó a recorrerlo; nada impediría que la pasara muy bien.
Pero estaba equivocada, eso lo entendería después. Por lo pronto, caminó hacia el interior del cementerio. Su fascinación era tan grande, que nunca advirtió aquella misteriosa tumba. Se encontraba abierta y la niña sin fijarse donde pisaba, cayó en un pozo profundo.
Aseguran que tuvo una muerte inmediata, un golpe en la cabeza se la llevó de este mundo. Ahora cuentan que, el espectro de Miranda pena entre las tumbas de ese cementerio. Dicen que asusta a los niños desobedientes; tal vez quiere dejarles un mensaje: Deben hacerles caso a sus padres.
La Leyenda de la Niña del Panteón en Guadalajara
En Jalisco, allá por los años treinta; una familia adinerada acudió a un Panteón de Guadalajara. Había muerto un ser querido y era hora de darle el último adiós. Los acompañaba su niña que se llamaba Irene; eso es lo que dice la gente.
El sepelio trascurrió en aparente normalidad y todos volvieron a casa; sin embargo, los padres de esa niña notaron su ausencia. El matrimonio, se percató que su hija no había regresado con ellos y de inmediato fueron al cementerio para buscarla.
Aquella familia, nunca pudo encontrarla; parecía como si se la hubiese tragado la tierra, años más tarde sabrían la verdad. Un día que otro pariente murió, pudieron descubrir la horrible realidad; su hija estaba enterrada en una tumba.
Un amargo dolor les traspasó el corazón, pero ya era tarde para arrepentirse. En esa misma fosa, donde antes habían sepultado a un familiar, allí estaban los restos de su niña. Se dice que lo supieron, porque debía abrirse de nuevo la tumba para enterrar al otro ser querido.
Ha llegado a creerse que la niña, cayó en el sepulcro sin que alguien la viera. Unos dicen que quizá se golpeó en la cabeza y murió instantáneamente. Las leyendas suelen ser así y tienen varias versiones, algunas están cercanas a la realidad, otras sólo son suposiciones.
Lo cierto es que, en Guadalajara y sus alrededores, hablan mucho de la leyenda de la niña del panteón; una historia en verdad escalofriante. Aseguran que esa pequeña, se aparece y quiere jugar contigo; tú sabes si le regalas unos dulces y te pones a charlar con ella.
Carmina, la Niña del Cementerio en Monterrey
La niña Viviana tenía dos hermanos: María y Gregorio. Sus padres, vivían muy cerca del Panteón del Carmen en Monterrey; un lugar donde vendían flores. El Día de Muertos, era cuando más trabajo había; ellos le ayudaban a sus progenitores.
Viviana que era la más chica, solía jugar con otros niños en el panteón. Un día, María vio que su hermana se separaba del grupo y decidió seguirla. De pronto, divisó que la pequeña, estaba ante un antiguo mausoleo hablándole a alguien.
María se quedó pasmada al mirar que Viviana conversaba sola. Luego un sudor frío le invadió todo el cuerpo, porque nomás oía llantos y sonrisas; su hermana había desaparecido. Entonces corrió como loca para ir a pedir ayuda y empezaron a buscarla.
Era ya de noche cuando hallaron a la pequeña, se encontraba dentro de la tumba. Lo más extraño es que ese mausoleo, tenía varios años clausurado. Cuando Viviana estuvo fuera, repetía que su amiga Carmina le había invitado a vivir en aquel lugar.
El Día de Muertos, esa familia visitó el panteón para ayudar a poner arreglos florales. Viviana llevaba una muñeca; sus padres se percataron de aquel detalle. Más tarde ya en casa, notaron que no la traía. Al preguntarle por ella, les dijo que estaba con su amiga Carmina.
Cuando escucharon aquello, decidieron regresar al camposanto. Allí, en esa tumba de Carmina, yacía el juguete. Algo raro sucedía y la madre de Viviana lo presentía. De pronto, un escalofrío la dejó helada; había sentido que una mano pequeña le tocaba su brazo.
Cuando estuvieron de nuevo en casa, encontraron a María llorando con gran pesar. Su hermanita pequeña no despertaba; pronto descubrirían que estaba sin vida. Los médicos dijeron que había fallecido de manera natural; algo que los padres nunca pudieron superar.
En esa misteriosa tumba, no sólo se oyen llantos y risas de la niña del panteón. Algunos aseguran que han escuchado a dos pequeñas sonreír. Tal vez sea Viviana y su amiga Carmina, que al fin están juntas; para tener una amistad fantasmal.
Panteones con Fantasmas de Niñas
Los cementerios, siempre se han considerado lugares tenebrosos y funestos. Esto sucede quizá, porque son sitios lúgubres donde vaga la muerte, el sufrimiento y el dolor. La única verdad es que, será el destino final al que todos vamos a llegar.
La gente cree que, en el panteón encontrará el descanso eterno; un lugar donde se hallará paz y tranquilidad. También piensa que es la morada perfecta de los difuntos, un espacio para reposar por siempre. En ciertos casos, sucede todo lo contrario.
Hay almas que inexplicablemente, aún siguen entre los vivos; son ánimas que no pueden descansar. Eso sucede con algunas niñas del panteón; es así como las conoce la gente. Tales apariciones, se han vuelto populares en diferentes partes de México.
En los panteones de San Isidro de la Ciudad de México, y San Miguel en Apodaca, Nuevo León; se asegura que han visto a esa niña. También aparece en algunos cementerios de Tepic y Monterrey; sin duda, es una historia que se repite por diversos lugares.
El cementerio es un recinto sagrado que debemos respetar. Es cierto que suele ser misterioso; sin embargo, en ese lugar se aprecia la vida. Si un día, te encuentras a La Niña del Panteón; no mueras de terror. Mejor, ruégale al creador por su eterno descanso.